"Me contó que estaría bien que cada cinco años nos practicaran una de estas autopsias. Que nos quedáramos muy quietos y alguien nos dijera qué parte de nuestro cuerpo no había sido acariciada; cuántos besos habíamos recibido; si había sido más querido una mejilla o una ceja o una oreja o los labios.
Una autopsia en toda regla de nuestro sexo, pero con nosotros vivos, aunque inmóviles.
Ella se lo imaginaba y le gustaba pensar que alguien, tan sólo mirando nuestros dedos, supiese si habían tocado con pasión o simplemente por rutina. Si nuestros ojos habían sido mirados con deseo o nuestra lengua había conocido muchos congéneres.
[...]
Y según ella, lo mejor era que cuando acabase esa autopsia sabríamos aque estábamos vivos, que podríamos mejorar y lograr que nos acariciasen, que deseáramos, que amáramos y nos amasen.
Una autopsia en toda regla de nuestro sexo, pero con nosotros vivos, aunque inmóviles.
Ella se lo imaginaba y le gustaba pensar que alguien, tan sólo mirando nuestros dedos, supiese si habían tocado con pasión o simplemente por rutina. Si nuestros ojos habían sido mirados con deseo o nuestra lengua había conocido muchos congéneres.
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Y según ella, lo mejor era que cuando acabase esa autopsia sabríamos aque estábamos vivos, que podríamos mejorar y lograr que nos acariciasen, que deseáramos, que amáramos y nos amasen.
Nunca he hecho una autopsia de este tipo. Me ha dado miedo el resultado."
'Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo'.
Albert Espinosa
Albert Espinosa
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