Claro, cuando di... di des-interesadamente. Cuando escuché un "te necesito", ebrio, a las 11 de la mañana y a través del teléfono lo creí y actué en base a esas palabras. Alguien me necesito en ese momento, me necesito ese día y no dudé en levantarme de la cama un domingo y estar ahí para ese "alguien" que me necesitaba. Y lo hice sin dudarlo, con placer, con ganas de hacerlo... a pesar de que el estar involucrara dejar de lado mis propios intereses, mis propias necesidades. Estuve.
Hoy, necesito de ese alguien. Y ese alguien no está conmigo... está con otra persona, o está ahi... en su cama, rehusándose a atender el teléfono. Resulta doloroso, incluso más doloroso que el motivo que me llevó a marcar el número y pronunciar un "te necesito". El NO como respuesta me trastrabilló, me hizo daño.
Cometí muchos errores, y parece que son esos los que están volviendo ahora en forma de "nos" (no, en plural).  O capaz es mi maldita costumbre de perdonar y olvidar tan fácilmente cuando me hacen mal, no se. Hacerme daño a mi no trae consecuencias, no trae "nos" como respuesta. Y evidentemente, este alguien sabe que perdonar no es sinónimo de olvidar, que perdonar no significa dejar atrás. Aprendió mejor que yo a hacerse valer. Pero está bien su forma? es correcto poner ante todo el orgullo? incluso anteponerlo al amor? 
¿estará bien no aceptar nunca los errores? estará bien no perdonar? estará bien no estar para quién te ama por sumo orgullo? 
No se, no es mi modo, no es mi forma, no aprendí así. Por ese motivo voy a seguir estando siempre que ese alguien me llame diciendo que me necesita, que me ama. Voy a seguir perdonando, olvidando, enterrando dolores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario